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Fernando E Lloveras

Fernando E. Lloveras San Miguel nace el 19 de febrero de 1962 en Santurce, Puerto Rico donde creció junto a su madre Daisy San Miguel Sandoval, su padre, el Lcdo. Ramón Lloveras San Miguel y sus cuatro hermanxs. Desde temprana edad, Fernando se desarrolla en un ambiente que valora la educación con alto compromiso hacia la justicia, pasión por la naturaleza y amor por la agricultura.

Su preparación académica es amplia y diversa. Se gradúa con honores de la escuela superior del Colegio Marista en Guaynabo, Puerto Rico en 1979. El mismo año, fue admitido a una de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos, Dartmouth College en New Hampshire. Allí fue seleccionado al programa de honor Senior Fellow, completando su bachillerato en arte con concentración en economía y geografía en 1983. Luego es admitido en la Universidad de Harvard, y completa su maestría en política pública con concentración en finanzas de la Escuela de Política Pública John F. Kennedy en Cambridge, Massachusetts, en 1985. Continúa con sus estudios post graduados en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico en donde culminó su Juris Doctor en 1988, alcanzando la distinción Magna Cum Laude. Ese mismo año, es admitido a la práctica de la abogacía en Puerto Rico por el Tribunal Supremo de Puerto Rico.

En 1988, el licenciado Fernando Lloveras comienza su carrera profesional como Asesor de Política Pública en Asuntos Federales para el Gobierno de Puerto Rico, puesto que sostuvo hasta 1992.

En 1989, inicia su carrera empresarial como creador y fundador de Microjuris, un servicio innovador de informática jurídica en línea, que comenzó años antes a la existencia de la World Wide Web. Asume el liderato de la empresa como su presidente desde 1992 hasta el 2002, asegurando su crecimiento inicial, transformando su base tecnológica y expandiendo la empresa puertorriqueña a diversos países de Latinoamérica. El licenciado Lloveras es galardonado en tres ocasiones, recibiendo el Premio Zenit 2000 de parte de la Cámara de Comercio en el Sector de Servicios Profesionales, nombrado Entrepreneur of the Year por Ernst & Young en el sector de Ecommerce, y recipiente de premio en el sector de tecnología en el 2001 de la Asociación de Ejecutivos de Ventas y Mercadeo. Lloveras ha sido Presidente de la Junta de Directores de microjuris.com desde sus inicios hasta el presente.

En el 2002, es nominado al Consejo Asesor del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, entidad líder y de gran trascendencia en conservación ecológica y preservación histórica. En el 2003, la Junta de Fiduciarios del Fideicomiso, lo selecciona para dirigir esta prestigiosa organización sin fines de lucro, continuando la labor realizada por su primer Director Ejecutivo, el arquitecto Francisco Javier Blanco; posición que acepta y que lo encamina a un nuevo capítulo en su vida profesional. Desde el comienzo, supo que elevar una organización exitosa a nuevos niveles de excelencia e impacto sería su gran reto. Asume el puesto estudiando con detenimiento sus grandes aciertos y las dificultades inminentes que se aproximaban.

Lloveras inicia una transformación de la institución basada en los pilares de conservación de naturaleza, preservación histórica y envolvimiento ciudadano; tarea que requirió una visión abarcadora de sustentabilidad para las islas de Puerto Rico, en momentos en que Puerto Rico se adentraba a una década en donde su modelo de desarrollo colapsaba.

Durante la década del 2003 al 2013, el licenciado Lloveras lidera la institución hacia la diversificación en su programación, la integración de la ciudadanía, y la creación de una consciencia de conservación en sectores claves de política publica. Crea el cuerpo de voluntarios al cual se han integrado más de 7,400 participantes anualmente enfocados en el programa de Ciencia Ciudadana. Lloveras impulsa la protección de áreas naturales con alto valor ecológico por parte de la organización aumentando la cantidad de cuerdas protegidas a un total de 11,422.73 entre el 2003 y 2012 y, en colaboración con en el movimiento de conservación logra la protección del 16% de los terrenos de Puerto Rico.

Durante este periodo se protegen a perpetuidad lugares de gran valor ecológico tales como: Medio Mundo y Daguao en Ceiba, Sierra La Pandura en Maunabo, Río Maricao en Maricao, Cuevas El Convento en Guayanilla-Peñuelas, Río Guaynabo en San Juan, Finca Los Frailes en Loíza, Las Lunas en Caguas, Hermanas Sendra en Caimito, Ulpiano Casal en San Lorenzo, La Robleda y Culebras en Cayey, El Conuco en Sierra Bermeja en Lajas, y Marín Alto en Patillas. Simultáneamente, se avanzan proyectos de restauración histórica dando paso a la apertura del centro de visitantes de Hacienda La Esperanza en Manatí, con la restauración histórica del trapiche de vapor del 1861 y la casona del Marquéz de La Esperanza, donde queda representada la historia de los esclavos cortadores de caña y la comunidad aledaña en su entorno natural.

Desde el 2013, Lloveras impulsa un cambio radical dirigiendo la organización hacia la recuperación de una cultura ecológica en la ciudadanía y las comunidades de las islas. Para esto, el Fideicomiso crea una nueva entidad, Para la Naturaleza (PLN), que coloca a los ciudadanos y las comunidades al frente de prácticas ecológicas. El licenciado Lloveras asume la presidencia de dicha corporación y adopta una nueva filosofía e identidad, como Fernando para la Naturaleza.

Entre los logros importantes de este período se encuentra la delimitación del 32% de áreas de conservación en el primer Plan de Uso de Terrenos de Puerto Rico basado en el Mapa 33 desarrollado por PLN, estableciendo un modelo territorial de conservación a través de las islas de Puerto Rico. Además, Lloveras lleva la gobernanza de PLN a los más altos niveles éticos y de cumplimento al lograr la acreditación de PLN bajo los rigurosos estándares del Land Trust Alliance (LTA), principal agrupación de fideicomisos de tierras de los Estados Unidos. PLN también se convierte en la primera organización de Puerto Rico en ser admitida a la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN). Durante este período, desde el 2013 hasta el presente año 2020, se protegen a perpetuidad 10,362.0546 cuerdas de terreno para la protección de lugares importantes tales como: Río Sana Muerto en Morovis, Luz Martínez de Benítez en Canóvanas, Punta Cabullones en Ponce, Finca Ojo de Agua en Juana Díaz, Río Toro Negro en Ciales, Punta Pozuelo en Guayama, Río Bairoa en Caguas, Cordillera Sábana Alta en Cabo Rojo, Cerro La Tuna en Guayanilla, La Pitahaya en Canóvanas, Los Llanos en Coamo, Hacienda Lago en Gurabo, Hacienda Central Pellejas en Adjuntas, Toa Vaca en Villalba, Freddie Ramírez en Vega Baja, Cerro Feliz en Culebra, Quebrada Janer en San Lorenzo, Río Jacaboa en Patillas, y Hacienda Margarita en Lares. Al 31 de julio de 2020, la cantidad de áreas protegidas totaliza 36,588 cuerdas de terreno protegidas por PLN, un aumento de 24,925.67 cuerdas de 11,662.33 protegidas para el 2003, año en que asumió su cargo. En cuanto a proyectos de preservación histórica, se completa la segunda fase de Hacienda la Esperanza y comienza la recuperación de dos nuevos lugares históricos el Antiguo Acueducto del Río Piedras y el Faro de Culebrita.

Desde el 2017, las islas de Puerto Rico viven secuencias de eventos catastróficos no observados durante los pasados 100 años. Dos huracanes categoría 5, crisis económicas y de gobernanza, terremotos incesantes, un planeta asechado por el cambio climático y una pandemia global. Ante tales adversidades, Fernando y el equipo de PLN redoblaron sus esfuerzos de reforestación y de alianzas comunitarias para trabajar mano a mano en la recuperación conjunta de nuestros hábitats. Para esta iniciativa Fernando refuerza el programa de reforestación con más de 40 empleados y miles de voluntarios con miras a sembrar sobre un millón de árboles nativos y endémicos durante la próxima década. Simultáneamente, mientras la organización se recupera y reconstruye sus áreas naturales e históricas luego del devastador paso de los huracanes, se refuerza el apoyo a 33 comunidades en sus esfuerzos de recuperación y a más de 100 agricultores agroecológicos.

Hacia futuro, entre los proyectos prioritarios para Fernando se encuentran: avanzar la meta del Mapa 33, restaurar el Antiguo Acueducto del Río Piedras y del Faro de Culebrita, lograr sembrar un millón de árboles con la participación ciudadana, financiar la reforestación mediante de un sistema de venta de créditos de carbono y un banco de mitigación, desarrollar un sistema de veredas para senderistas, reforzar la conservación de la Región Oeste, y apoyar una red de comunidades basadas en sustentabilidad económica y social.

Desde el 2011 hasta el 2020, Fernando sirve como miembro de la Junta de Directores del LTA, donde participa activamente de los comités de Relaciones Gubernamentales y Comunicación Estratégica. Al mismo tiempo, desde el 2011 hasta el 2020, sirve como miembro de la Junta de Fiduciarios del National Trust for Historic Preservation (NTHP), organización líder de preservación histórica de los Estados Unidos, donde funge como vice-presidente de la Junta y preside el Comité de Desarrollo y Comunicaciones. Además, es miembro y ocupa el puesto de vice-presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico desde el 2013 hasta el 2016.

Actualmente , incluso ocupa el puesto de presidente del Consejo Regional del UICN.

Al presente, Fernando junto a su compañera de vida Michy Marxuach, continúa en la búsqueda de ideas y proyectos que nos lleven a otras formas de existir y accionar; que puedan descolonizar la naturaleza y restituir la simplicidad de vivir en armonía con ella.Poniendo en práctica el amor y el respeto por la conservación inculcado en él por su abuelo Domingo San Miguel, Fernando sigue trabajando y reconstruyendo esa interacción humana y natural desde su espacio natural protegido en Ciales -sus hijos Daniela (y Jorge) y Rodrigo, inspirando y apoyándolo a él y a Michy en todas sus manifestaciones.

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