Vamos a ser honestos con nosotros mismos. El desbalance que existe en las relaciones entre las fundaciones y las organizaciones sin fines de lucro que apoyamos es irrefutable. Las fundaciones tenemos la responsabilidad de confrontar la manera en que nuestro sector ha contribuido a la inequidad sistémica y cómo la riqueza ha sido acumulada y distribuida en nuestro sector. ¿Cómo entonces movernos hacia reconocer, escuchar y visibilizar el poder de las personas que mejor conocen las necesidades de su entorno?

La propuesta de filantropía a base de confianza es un buen comienzo al aspirar a una redistribución de poder a nivel sistémico, organizacional e interpersonal con el fin de crear un tercer sector más saludable y equitativo. En práctica, esto significa subvenciones irrestrictas y multi-anuales, un proceso más ágil de solicitudes e informes, y un compromiso de desarrollar relaciones basadas en transparencia, diálogo y aprendizaje mutuo.

En la Fundación Segarra Boerman e Hijos, Inc. (FSB) hemos estado reevaluando y concretizando este concepto que llevábamos implementando informalmente.
Utilizamos la filantropía basada en confianza para escuchar y colaborar, dando prioridad a las relaciones con nuestras organizaciones subvencionadas. Cuando una fundación incorpora la transparencia y demuestra consciencia hacia la dinámica de poder, y su sentido de ser y vulnerabilidad, la organización con la cual se relaciona estará presente en su totalidad.

El año pasado, a comienzos de la pandemia de Covid-19, continuamos profundizando en nuestro trabajo con la confianza como norte y ofrecimos a todas las organizaciones participantes de nuestro programa de subvenciones la opción de flexibilizar sus fondos corrientes. Otorgamos subvenciones multi-anuales irrestrictas, lo cual le da la flexibilidad a la organización de evaluar y determinar dónde el dinero es más necesitado, así permitiendo espacio para innovación, acción emergente y sustentabilidad.

También, utilizamos solicitudes variadas –dependiendo de la cantidad de la subvención– para que el proceso esté a la par con la cantidad a ser otorgada y que una subvención mini no pase por un proceso excesivo y oneroso. El proceso de rendición de cuentas de nuestra fundación se basa más en la colaboración que en la burocracia, y nos libera tanto a nosotros como a las organizaciones subvencionadas de procesos innecesarios que no son cónsonos con un compartir de poder y de saberes. Las organizaciones pueden incluso entregar informes preparados para otras fundaciones y así no tener que crear informes específicos para nosotros. Una posibilidad por explorar es el de una solicitud en común entre las fundaciones locales y fechas límites similares ya que las organizaciones gastan una cantidad de tiempo excesivo en papeleo innecesario impuesto por las fundaciones. Agilizar estos procesos liberaría tiempo para que el personal se enfoque en su trabajo e iniciativas, y apoyaría el camino hacia la responsabilidad compartida, así profundizando la relación entre fundación y organización subvencionada.

Filantropía a base de confianza cree que es la responsabilidad de la fundación conocer a la organización a quien está considerando apoyar, por lo que se puede utilizar la información pública disponible para entender su propósito, programas, liderazgo y finanzas. También se puede hablar con miembros de la comunidad para ahorrarle tiempo a la organización en papeleo innecesario y aliviar el desbalance de poder asignándonos la debida diligencia en vez de añadirle más barreras a las organizaciones. Estos pasos nos dirigen hacia relaciones más honestas y enriquecedoras con las organizaciones subvencionadas.

En FSB nos tomamos el tiempo de conocer a las organizaciones previo al proceso de someter propuestas para asegurar una misión compartida y evitar la desalineación en la entrega de propuestas, además de reunirnos en sus espacios y de ser conscientes de su tiempo. La claridad debe estar presente desde el comienzo para que los solicitantes potenciales sepan si valdrá la pena dedicarle tiempo o no a desarrollar una propuesta.

Otro principio a base de confianza es escuchar para actuar. Es importante pedir retroalimentación e incorporarla una vez solicitada ya que la misión de una fundación será más exitosa si es informada por el peritaje y experiencias vividas por sus organizaciones aliadas. Al final de cada subvención, FSB pregunta a las organizaciones participantes cómo podemos mejorar nuestro trabajo y basado en este insumo hemos ampliado nuestro apoyo más allá de la subvención inicial en áreas de comunicaciones, sostenibilidad organizacional, recaudación de fondos, coordinación de reuniones como colectivo para maximizar el impacto y más.

Crear una cultura basada en confianza que promueva una sociedad más equitativa conlleva humildad y un proceso de aprendizaje profundo. No es simplemente involucrar las voces marginalizadas en el proceso de una manera simbólica, sino trasladarlo a la acción. Este trabajo requiere cambios reales a las mismas estructuras y normas dentro de las que muchos operamos. Para lograr estos cambios las fundaciones deberían explorar maneras de construir la estructura de sus programas de subvenciones alrededor de las comunidades con quienes aspirarán a ser cómplices, en vez de esperar a que esas comunidades se adapten a las estructuras y normas de la organización.

Cuando lideramos a base de confianza centralizamos las relaciones en nuestro trabajo. Esta colaboración, construida en humildad y curiosidad con un enfoque en la equidad sistémica, nos permite dar los primeros pasos en el camino hacia la redistribución de poder.

Alexandra Hertell es Directora Ejecutiva de la Fundación Segarra Boerman e Hijos donde diseña, implementa y dirige todos los componentes estratégicos de la fundación. La autora considera que la filantropía innovadora y estratégica es mejor practicada desde un enfoque basado en confianza.